Este es un artículo redactado para NEUH. Podéis encontrar el enlace original aquí.

Si alguna vez has estudiado un poco sobre narrativa o te has informado sobre ella, seguro que has oído hablar sobre «el viaje del héroe», también llamado «periplo del héroe» o «monomito». O por lo menos te sonará. Fue descrito por Campbell en su obra El héroe de las mil caras (1949), y es tan importante que lleva más de medio siglo resonando en toda disciplina artística que se acerque a la narrativa, desde la literatura hasta los videojuegos. Y lo hace porque es un patrón que lo siguen prácticamente todos los relatos del mundo.
¿En qué consiste?
Lo cierto es que no hay una estructura inamovible del viaje del héroe, y según la interpretación que le demos habrá más o menos elementos. En su sentido más simplificado, el protagonista recibe la “llamada a la aventura” -en general suele ser algún conflicto-, que lo obliga a salir de su cotidianidad y a embarcarse en un viaje. Este viaje está lleno de retos y tentaciones que provocarán una evolución en el personaje hasta convertirlo en apto para cumplir con su cometido. Y una vez resuelto el conflicto, el personaje vuelve a su vida habitual mucho más maduro. Cabe decir que hay muchos más elementos que intervienen en la historia, pero que aunque su frecuencia es elevada, no son necesariamente constantes en las historias: el héroe rechaza la primera llamada a la aventura, recibe ayuda sobrenatural, tiene la ayuda de un mentor… y así muchos más. Podríamos alargarnos comentando todos ellos, pero aquí no hemos venido a hablar del viaje del héroe como tal, sino de su uso en el desarrollo de una obra. Así que tras esta pequeña introducción, seguimos: Sigue leyendo «El Viaje del Héroe, ¿lo rompemos o no?» →